En otros tiempos, se consideraba que la única utilidad del masaje podal era la relajación y el disfrute. Pero cada vez más surge la conciencia de conectar con el cuerpo para descubrir la interrelación de sus sistemas y ver cómo el todo es visible en las partes. Un acercamiento a las Terapias Manuales servirá para descubrir lo terapéutico del masaje podal o de un tratamiento de Reflexologia Podal.
La Reflexología considera que la totalidad del cuerpo está reflejada en las partes del mismo y que el ser humano es un ser holístico, en el que todo lo que ocurre en el cuerpo físico, mental y emocional está interconectado. A través de una presión determinada en las áreas y puntos reflejo de cada órgano, glándula o parte del cuerpo se envía un estimulo para liberar una tensión acumulada o un bloqueo existente. Así se ayuda a mejorar el funcionamiento y reequilibrio de los diferentes sistemas del organismo. Se hacen maniobras de presión, fricción y rotación que estimulan la musculatura y cada zona reflejo del pie.
¿En que consiste una sesión de Reflexología Podal?
En el estímulo de dichos puntos reflejo, acompañado de maniobras de masaje que en el inicio ayudan a la preparación del pie y al finalizar, a la relajación y descanso del paciente.
¿Los beneficios?
Activa la circulación sanguínea, ayuda en la eliminación de toxinas, relaja el sistema nervioso, mejora el funcionamiento de los sistemas del organismo y estimula sus mecanismos autocurativos.
La sesión de Reflexologia Podal es de 50 minutos. Durante la sesión la persona puede notar que unas zonas son más sensibles que otras.
El trabajo terapéutico ayudará a conectar con el cuerpo desde otra perspectiva.
La frecuencia recomendada es de una sesión cada dos o tres semanas, según la necesidad.
Es compatible con el tratamiento de "piernas cansadas".
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